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Nuestro Programa

Vanguardia Española, como asociación con clara vocación de servicio a la sociedad, presenta un programa con un proyecto político definido respecto del Estado en el que se conectan la gestión de la vida cotidiana de los trabajadores por parte de estos mismos trabajadores con una política exterior, una geopolítica y unas relaciones internacionales cuya meta sea la insubordinación de España frente al sometimiento de la Patria a intereses extranjeros constantes desde hace dos siglos. 

Los ejes de nuestro programa

Los ejes sobre los que desarrollamos nuestros programa son la construcción de un Socialismo Netamente Español que nos convierta en una comunidad económicamente independiente, de una Iberofonía que nos permita ser políticamente soberanos a la vez que ayudamos a conformar un bloque de naciones hermanas de alcance universal, el Cibercomunismo como herramienta de construcción tecnocientífica de una comunidad política postcapitalista, y el Materialismo Político como doctrina y teoría que organiza esta construcción política, geopolítica, económica, administrativa y moral.

Por ello, el proyecto de Vanguardia Española no es, como diría el marxista peruano José Carlos Mariátegui, "ni calco ni copia, sino creación heróica" que, por supuesto, no parte de la nada, sino de realidades históricas, culturales, filosóficas y políticas de largo recorrido a las que, entendemos, es preciso darles una nueva orientación adaptada a nuestra realidad concreta en el aquí y ahora.

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Socialismo Netamente Español

Contra el falso "socialismo" del PSOE (Partido de Sometimiento a la Oligarquía Europea), ofrecemos un proyecto político y económico que pasa por los siguientes puntos.

Nuestro modelo de Estado es republicano, centralista, unitario, presidencialista y unicameral.

Proponemos instaurar una Asamblea Nacional Popular que supere al actual Congreso y suprima el Senado.

Nuestra división de poderes va más allá de la existencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, que seguirán existiendo, pero añadiendo más poderes administrativos descendentes (gestor, planificador y fiscal en materia económica; militar, federativo y diplomático en materia de política exterior) y sus respectivos poderes ascendentes, populares, a través de los cuales se democratizará la acción de los poderes descendentes, existiendo un control mutuo entre todos ellos, organizado mediante una nueva Constitución.

Protegeremos y reforzaremos la Caja Única de la Seguridad Social, la hucha de las pensiones y el patrimonio histórico del pueblo español, heredero de siglos de Historia común.

Apostamos por la nacionalización y socialización de los sectores estratégicos de la economía, fomentaremos la iniciativa empresarial cooperativa, el control de los trabajadores de toda iniciativa económica pública y privada y la reindustrialización tecnocientífica de la Patria.

Centralizaremos las competencias en educación y sanidad y aplastaremos el separatismo.

Iberofonía

Contra el europeísmo reinante, que nos subordina como nación desde que los Borbones llegaron a España, proponemos un proyecto geopolítico universalista, mestizo, intercontinental y alternativo a la hegemonía anglosajona a escala global.

Sacaremos a España de la Unión Europea, del Euro, del espacio Schengen y de la OTAN.

Apostamos por la fusión de la SEGIB (Secretaría General Iberoamericana) con la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa, de la cual España es ya observador asociado. Desde esta plataforma geopolítica y diplomática queremos apoyar iniciativas como el MERCOSUR, la UNASUR, la ALADI y la CELAC, en tanto que organizaciones suramericanistas y americanistas de integración que complementarían la Iberofonía que se construiría, a nivel diplomático, por la fusión de la OEI y la CPLP. 

La Iberofonía es la comunidad de países que en los cinco continentes hablan portugués y español, únicas lenguas universales mutuamente comprensibles a gran escala. No queremos reconstruir Imperios fenecidos, algo imposible, sino construir de una nueva plataforma de impacto universal sobre una base cultural común civilizatoria que une a más de 800 millones de personas en todo el Planeta. España, junto a Portugal, es una parte pequeña, aunque importante, de un conjunto humano repartido por África, Asia, Oceanía y América, donde se encuentra su verdadero núcleo o centro.

Materialismo Político

Al contrario que otras organizaciones, Vanguardia Española construye el Materialismo Político, cuyos ejes son el materialismo histórico de Marx, el materialismo filosófico de Gustavo Bueno, la tradición filosófica grecorromana y la filosofía hispánica.

La implantación política de nuestra doctrina ha de ser desde el poder del Estado, en todas sus capas y ramas, para que adquiera un carácter secular y trascendental, que acabe con la hegemonía del idealismo kantiano capitalista burgués.

Nos oponemos al idealismo, al gnosticismo, al postmodernismo, al irracionalismo, al espiritualismo y al deísmo en cualquiera de sus vertientes. Somos ateos católicos, siendo ateo el sustantivo y católico el adjetivo. Reivindicamos el contexto cultural católico en que nos desarrollamos y, sin el cual, no pueden entenderse ni la Iberofonía ni España.

Nuestro materialismo político es solidario del socialismo, pues solo desarollando un modelo socialista de sociedad nuestra doctrina se puede implantar. Entendemos nuestro socialismo como un periodo de transición entre capitalismo y comunismo. No somos anticapitalistas, sino postcapitalistas.

Cibercomunismo

La tecnología cibernética actual permite la asignación de recursos y la gestión del excedente de producción de una manera inconcebible por socialistas del pasado. Por ello, asumimos el Cibercomunismo en la construcción del socialismo.

En las primeras etapas de construcción del socialismo en España, combinaremos la planificación económica centralizada con la descentralizada (planificación pluralista), permitiendo la iniciativa empresarial y asegurando el control estatal sobre sectores estratégicos, siempre bajo control de los trabajadores.

El capitalismo ha desarrollado tecnologías informáticas que permiten recabar toda la información comercial. No solo a través de precios, situados a niveles de equilibrio a largo plazo, sino también de costes y precios de producción de los bienes y servicios (el tiempo de trabajo socialmente necesario que produce el valor de las mercancías, sobre el que oscilan los precios comerciales), de su valor de uso merceológico, de la composición de sus materias primas ("en especie", también expresada en valor) y los inputs y outputs entre stocks interempresariales e internacionales. Toda esta cantidad de información, hoy día, puede ser recogida informáticamente mediante cálculo económico socialista, y es más barata de gestionar, e inferior en cantidad, a la información de un mercado capitalista tradicional.

La planificación socialista que defendemos demuestra que la Economía Política es, ante todo, tecnología y gestión de recursos, y defendemos que hegemonice la clase obrera española.

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